sábado, 29 de noviembre de 2014

Hoy es un dia triste, mañana no lo sera...

Muchos sentimientos juntos en un día, un correo de un amigo, una casa vacía, un cumpleaños sin mi...

Haber nacido en una familia de exiliados, te enseña muchas cosas, dos de ellas y quizás las mas importantes  es que la familia si es unida permanecerá unida y que las amistades superan las distancias, por eso siempre evite el exilio porque ponía en riesgo o a prueba las únicas dos cosas que valoro en mi vida, mi familia y mis amigos, hoy en día me siento orgulloso de tener la tronco de esposa que tengo, el hijo que excepcional que tengo, mis padres, mi hermanito mis abuelos, mis adoptados y mis amigos que son mi familia escogida por mi.

Es muy difícil se exiliado, ser de los que nos fuimos por desesperación, por no soportar mas la apatía ajena o la alegría estúpida del venezolano donde solo son felices los cortos de vista, los que no quieren ver mas allá de mañana.

Yo me prometí a mi mismo no vivir en la nostalgia de regresar o de vivir en el recuerdo de una tierra que no existe y no lo hago mucho, de hecho evito a la gente apenas empiezan con las regresiones al país perfecto, al país de la felicidad.

Y así es la vida de los que no somos ni de aquí ni de allá, una vida dominada por un recuerdo, una infancia maravillosa, una niñez llena de aventuras, una adolescencia llena de amores bonitos y amigos solidarios.

Recuerdos de esa vida que tuvimos y que deseamos con toda nuestra alma que nuestros hijos puedan tener...

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